lunes, 7 de marzo de 2016

No quiero otras elecciones. No quiero que sigan insultando mi inteligencia.

Lo reconozco, el pasado 20D estaba muy ilusionado con las elecciones. Por primera vez en España el fin del bipartidismo era una realidad. Por primera vez, un partido no tendría la mayoría necesaria para pasar el rodillo, y tendría que llegar a acuerdos para gobernar, y para aprobar cualquier ley. Me ilusionaba un panorama político donde el DIÁLOGO, no solo era una necesidad, era una obligación. Iluso de mí.

Los españoles fuimos a las urnas en Diciembre más preparados que en otras ocasiones (o al menos tuve esa impresión), la gente hablaba de política, hablaba de economía y hablaba de programas, sabíamos que ofrecía cada uno y votamos en consecuencia. Y ¿cuál fue el resultado? Un congreso dividido, un congreso repartido, que requería que políticos muy alejados llegaran a puntos comunes, a puntos intermedios. Iluso de mí.

Ya han pasado más 2 meses desde el 20 D y seguimos sin gobierno. ¿Por qué? Porque nuestros políticos no están a la altura, no solo no están a la altura si no que además se ríen de nosotros todos los días.

Por un lado tenemos al PP y a un Mariano Rajoy que no ha asumido que no va a ser presidente del gobierno. Se escuda en que fue el partido más votado, cosa que es cierta, tan cierta como que a pesar de ser el partido más votado, no le da para gobernar sin apoyos. Y esos apoyos no se pueden conseguir despreciando a los demás como lleva haciendo el PP desde las pasadas elecciones. Si a todo esto le sumamos que es un partido que no ha sido capaz de limpiar su propia mierda, y que cada vez tiene más corruptos, es difícil creer que puede llegar a un acuerdo con nadie.

Por otro lado tenemos al PSOE. A un PSOE que a pesar de tener el peor resultado de su historia, cree que puede darnos lecciones. Un PSOE cuyo único argumento es: "Si no queréis al PP, soy la única opción". Pues no señores, eso no me vale, ni a mi ni a España. No me vale porque para empezar no se puede reformar nada excluyendo al PP, les recuerdo que tienen mayoría en el Senado. Y no me vale porque no es lo que hemos votado. Lo que hemos votado es que todos intenten llegar a acuerdos, y excluir gente no ayuda precisamente. Reconozco que le doy valor a que haya intentado formar gobierno llegando a un acuerdo con Cs, pero una vez más eso no basta. Negociar no es llegar a un acuerdo con un partido e intentar imponerlo a los demás.

Llega el turno de Podemos, el partido que más ha hecho por regenerar la democracia. Su irrupción motivó la aparición de nuevos partidos y ayudo que los grandes empezaran aunque fuese poco a poco a regenerarse. Y un partido que ha conseguido esto, no puede llegar al congreso y hacer lo que está haciendo. No puede tratar de imponer medidas sin hacer concesiones en un posible acuerdo cuando son el tercero con más votos, no puede pedir sillones cuando ha venido pregonando que a ellos nunca le habían importado los puestos, solo las ideas. No puede intentar marcar con quien se puede negociar y con quien no. Y sobre todo no puede reabrir viejas heridas que lo único que hacen es crear un ambiente turbio que impide negociar. Lo del show que montan en el congreso, me parece inapropiado, pero no es de lo que estamos hablando.

Por último (aunque hay más me centro en los 4 grandes) tenemos a Cs y a Rivera, que más de lo mismo. Estos lo hacen con un tono más sosegado que llama menos la atención, pero cometen los mismos errores que los demás. Tratan de imponer con quien se puede negociar y con quien no. Tan grave me parece excluir al PP de una negociación como hacerlo con Podemos dado la cantidad de votos y por tanto la cantidad de españoles que representan. Otro gran pero que le achaco al partido naranja es dar la espalda al conflicto catalán. Mirando hacia otro lado no se va a solucionar.

Por todo esto no quiero otras elecciones, quiero que se respeten los resultados de las últimas y que estén a la altura de los mismos. En lugar de eso se preparan para unas próximos elecciones, haciendo la precampaña en el congreso. Yo creía que esta sería la legislatura del diálogo. Iluso de mí.


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