jueves, 29 de diciembre de 2016

2016. Año de cierre.

2016 Año de cierre, no se me ocurre mejor manera de definir este 2016. Si algo he hecho este año ha sido cerrar etapas. Algunas llevaban abiertas muchos años, otras no tantos, algunas las cerré con ganas, otras con cierta pena, pero de eso va la vida, de cerrar etapas para avanzar y este año me ha tocado cerrar muchas para poder avanzar.

Recién comenzado el año, cerré mi primera etapa. En Enero aprobé el último examen de la carrera, esa carrera que tanta alegría y sufrimiento me ha causado, ese cierre originó una mirada al infinito.

El siguiente cierre llegó en Mayo, cuando puse fin a mi etapa como becario. Esta etapa se dividió en dos periodos de tiempo, el primero en 2015 en Madrid (de la que hablé aquí) y el segundo y definitivo en Murcia. He aprendido mucho como becario, me ha servido para dotar a mi curriculum de una experiencia que me ha facilitado la búsqueda de empleo, y para desarrollarme no solo profesionalmente si no también como persona. 

Nos trasladamos a Octubre, donde seguimos cerrando etapas. esta quizás sea la más importante. A finales de mes, leí mi proyecto fin de carrera, poniendo punto y final a mi etapa como estudiante (de momento, que la vida da muchas vueltas y nunca se sabe). Estoy orgulloso de ese proyecto, creo que fue un gran broche a una larga, dura, y bonita etapa como fue la universitaria. 

Nos situamos ya en Diciembre, donde recientemente cerré una etapa que no quería cerrar pero que tenía que cerrar, también tuvo su correspondiente mirada al infinito.

No son una gran cantidad de cierres, lo sé, pero si de gran importancia. Son todos estos cierres los que me llevan a abrir nuevas puertas, nuevos caminos, porque como ya os dije una vez "Se hace camino al andar". Y son todos estos cierres los que me llevan a que inevitablemente, 2017 sea un año de descubrimientos, de aperturas.  Todos estos cierres me han ayudado a encontrar un nuevo camino, un nuevo camino que me lleva a otra ciudad, a un nuevo trabajo, a un cambio radical. 

Yo me muevo, pero el infinito sigue y seguirá en el mismo sitio, y podré mirar a él siempre que lo necesite.

Feliz año! 



martes, 20 de diciembre de 2016

Ser voluntario. Eternamente agradecido.


Esta tarde, tras 3 años metido en el maravilloso mundo del voluntariado me ha tocado poner punto y aparte a mi labor como voluntario. Por motivos laborales abandono Murcia y hoy ha sido mi último (de momento) día como voluntario.

Ser voluntario es una de las mejores cosas que me ha pasado nunca. Fue algo que me cambió la vida en todos los aspectos. Una de esas decisiones en las que todo lo que las acompaña repercute de forma positiva en uno mismo. Pero esta entrada no va a tratar de por qué me hice voluntario (hice algo parecido hace algún tiempo en el blog de FADE). Tampoco voy a explicar en que ha consistido mi voluntariado o el resto de voluntariados que desarrolla la fundación con la que colaboro, FADE (para, cualquier duda o inquietud que tengáis, podéis contactar con ellos). En esta entrada tratare de resumir que ha significado para mi ser voluntario, y no se me ocurre mejor palabra para explicarlo que GRACIAS.

Gracias, de verdad, si algo me ha quedado claro en todo este tiempo, es que yo tengo mucho más que agradecer al voluntariado, que el voluntariado a mi.

Gracias, en primer lugar, a FADE por la oportunidad y los medios para llevar a cabo esta actividad. Suena a obvio, pero es muy importante que haya organizaciones dispuestas a facilitar la vida de los que más lo necesitan. Cuando doy las gracias a FADE no me refiero solo a la organización, también a su gente, esa que hace posible que todos los voluntarios podamos hacer nuestro trabajo de la manera más sencilla.

Gracias, a mis niños. Esos niños a los que he visto crecer y me han dejado formar parte de sus vidas y su formación. Esos niños a los que echaré tanto de menos, echaré de menos los dolores de cabeza que me daban en ocasiones, echaré de menos las risas que provocaban en muchas otras y sobre todo echare de menos ese cariño que nos regalan a todos sus monitores, a todos los voluntarios.

Gracias, por encima de todo, a mi equipo. Mis compañeros durante todos estos años, de los que tanto he aprendido, con los que tantas buenas (y alguna mala) experiencias he vivido. De verdad, gracias por convertir un equipo de voluntarios en una pequeña familia con la que siempre poder contar.

Gracias, para terminar, al voluntariado en general. Porque el voluntariado me ha enseñado muchas cosas, desde valorar lo que tenemos a demostrarme lo fácil que es que algunos reciban mucho cuando otros damos muy poco. 

Eternamente agradecido.

Esto no es un adios, es un hasta luego.  





viernes, 2 de diciembre de 2016

Tócala otra vez Ariel!

Anoche estuve en el Teatro Circo viendo al gran Ariel Rot, las sensaciones fueron tan buenas que no quiero dejar la oportunidad de plasmarlo aquí para poder leerlo de cuando en cuando y revivir esa magnifica velada. 

La banda de Ariel anoche rindió a un nivel excelso, no hicieron música, hicieron magia. Ariel Rot no tocó la guitarra, le hizo el amor. Desde el primer acorde hasta el último, dibujó una sonrisa en la cara de todos los presentes que pudimos disfrutar del fantástico show que nos ofrecieron. Aunque toda la banda rindió a un nivel espectacular, quiero hacer un aparte para el pianista, Mauro, o Maurito como lo llamaba Ariel, que nos dejó a todos boquiabiertos en más de una ocasión.

La gira estaba motivada por el último disco de Ariel, La Manada, y este disco es muy bueno, si a eso le unimos los clásicos de Ariel, los de Tequila y los Rodiguez, el concierto pintaba bien, pero superó las expectativas con creces. De las canciones del disco nuevo que tocó me voy a quedar con dos. Por un lado "Broder", canción que sirve como homenaje a su "hermano" Julián Infante (compañero en Tequila y Los Rodriguez que falleció en el año 2000). La otra canción que la que me tengo que quedar es "Espero que me disculpen" (la podéis encontrar en Spotify), un rock and roll de la vieja escuela que en el disco toca con Los Zigarros y que ayer levantó e hizo bailar a todo el Teatro Circo. 

Repasado el disco actual, Ariel ofreció una selección de sus mejores temas con la que nos maravilló. Nos emocionó con Adios Carnaval, y cuando todos esperábamos que tocase un "Rock and Roll en la plaza del pueblo", nos sorprendió tocando un "Blues en la plaza del pueblo". Llegó entonces el momento más esperado del concierto, Ariel nos deleitó con su maravilloso "Me estás atrapando otra vez" acompañado de un BRUTAL solo de guitarra. El concierto pudo haber acabado ahí y habría sido una delicia, pero quedaba algo más para rematar, quedaban los bises del concierto. Primero y con un publico entregado nos contó la "Milonga del Marinero y el Capitán". Para cerrar, y con todo el público en pie ya, nos recordó que la vida es un baile de ilusiones y el que no baila está muerto, porque la vida es un sueño y los sueños sueños son.