Mucho tiempo desde la última entrada eh? Iba a pedir perdón por ello, pero no, ya avise de que esto sería un cuando quiera y como quiera, y es lo que hay, al que no le guste que no lea (dicho esto con todo el cariño del mundo, que tampoco es cuestión de ser agresivo).
A lo que iba, la música es algo maravilloso que nos regala el ser humano. Aclaremos en primer lugar lo que es música, porque no todo lo que es llamado música lo es, al menos para mi. Para ser considerado música no me vale con unos instrumentos, un ritmo y una voz, no, para que yo lo consideré música tiene que transmitir y eso es lo difícil amigos.
No entraré a discutir que tipo de música es mejor o peor, porque para gustos los colores, y esto es algo muy personal, pues una canción logrará transmitirte o no en función de muchas cosas, pero sobre todo en función de ti, de tu personalidad. Aquí es donde entran los momentos, y la razón de esta entrada. La personalidad de todos cambia mucho a lo largo de la vida, y en ello influyen los momentos que atraviesas, y esos cambios, esos momentos afectan también a tu música, la que te hace sentir.
No hablo solo de amor y desamor, que centran muchos de los principales temas musicales. El amor y el desamor ahí están, y por supuesto habrá canciones que solo entiendas si estás "enamorado" y otras canciones que solo entiendas cuando has sufrido (y para mi gusto, estás aunque puedan doler transmiten mucho más). Pero como decía no hablo solo de eso, hablo de todo, de la vida, porque una canción puede recordarte un viaje con amigos, un gol de tu equipo, un paseo por la ciudad.... y aquí entran una vez más los momentos, que son lo realmente importante, por encima de la letra incluso. Me explicaré con un ejemplo para hacerlo más visual, mi viaje a Toledillo (del que hable por aquí) tiene banda sonora, Flaca de Calamaro, y el viaje no tuvo nada que ver ni por asomo con lo que el bueno de Andres trata de expresar con esa canción, pero se nos quedó atascado un CD de Calamaro en el coche, y al conductor era la canción que más le gustaba, la escuchamos unas 100 veces. Por eso desde entonces, cuando escucho Flaca, recuerdo ese viaje, ese momento, mi momento.
Y los momentos, las sensaciones, son cambiantes, como la música. Quiero decir, seguro que hay canciones o grupos que escuchábamos hace años que nos encantaban, y que ahora no somos capaces de aguantar. Y al contrario, grupos que antes no nos decían nada y ahora son imprescindibles en nuestra dicografía particular. También hay canciones que ahora mismo nos parecen todo, y pasado el tiempo se convertirán en nada. Esto no es debido a que nuestro gusto musical haya mejorado o empeorado, lo que ha cambiado hemos sido nosotros, hemos vivido más momentos, y estos nos han influido. Algunos momentos nos marcan tanto, que se convierten en parte de nosotros, y esos nunca desaparecerán. y serán los que marquen el estilo musical que más nos define.
Ajenos a todos estos momentos, están los que yo llamo inmortales, grupos y canciones a los que no les importa los momentos que tu hayas vivido o dejado de vivir, están por encima de los momentos, de los tuyos y de lo míos. Se han ganado el derecho a ello, su música te debe transmitir siempre, si no quizás no entendamos igual el concepto de música. El club de los Inmortales es de difícil acceso, los Stones, The Beatles y compañía forman un club muy selecto.
Y este momento en el que he tratado de explicar o que es la música para mi ha tenido su banda sonora, en esta ocasión ha sido con unos de los Inmortales, The Beatles, y sin ninguna razón especial, un porque si, porque son inmortales.
Que agusto me he quedao pijo! Iba a pedir perdón por la extensión, pero una vez más me niego, mi blog mis reglas!
Por último, quiero ilustrar esta entrada con una imagen que servirá a la vez para dedicarla a mi tío, culpable de que haya tenido esta reflexión! Sobre la imagen poco que decir, sobran las palabras.
Que agusto me he quedao pijo! Iba a pedir perdón por la extensión, pero una vez más me niego, mi blog mis reglas!
Por último, quiero ilustrar esta entrada con una imagen que servirá a la vez para dedicarla a mi tío, culpable de que haya tenido esta reflexión! Sobre la imagen poco que decir, sobran las palabras.
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