Sábado 5 de Abril de 2014, el día había llegado. El día por el que todos habíamos recorrido tantos kilómetros, el día que todos llevábamos tanto tiempo. El día que iba a ser para mi hermano de sangre el más importante de su vida.
El día comenzaba pronto, estábamos citados a las 12:00 en la iglesia pero poco antes de las 10:00 tanto el novio, como su padre, como su hermano, como mi compañero de viaje y yo ya estábamos preparados. ¿por qué tan pronto? Fácil, a las 10:00 (hora mexicana evidentemente) jugaba nuestro Real Murcia, y había que verlo. Real Murcia - Sabadell era el partido, y allí estábamos, pegados a la pantalla del ordenador, esperando el comienzo del partido, a más de 9000 km del estadio, a menos de 2h de la boda.
El día iba a ser grande, y el Real murcia quería ser participe, nos llevábamos ni un minuto cuando Malonga abrió el marcador, 1-0. Nuestro Murcia nos mandaba un mensaje "centraros en la boda, nosotros nos encargamos de esto". Pasaban los minutos y evidentemente el partido dejaba de tener importancia y nuestra atención se iba a la boda. Al poco de comenzar la segunda parte mi amigo y yo fuimos hacia la iglesia, ambos eramos padrinos y teníamos que esperar al novio allí. El partido parecía tranquilo, nosotros no tanto. El novio llego unos 20 minutos antes del inicio de la boda, y nunca olvidaré los momentos previos en la puerta de la iglesia, se le notaba feliz y nervioso al mismo tiempo, y de vez en cuando miraba su móvil, yo creía que consultaba el reloj, y me acerqué a darle lo que sería su último abrazo como hombre soltero. Nunca olvidaré lo que me dijo, "Gol de Truyols en el 85, 2-0. Ahora me toca a mí" Pues si, ahora le tocaba a él.
Y allí estábamos, la boda iba a dar comienzo, y como si se tratará de un partido, entramos todos en formación, primero el novio, detrás los diferentes padrinos y damas de honor de la novia y por última la novia. La boda comenzaba. De la ceremonia realmente no recuerdo mucho, solo recuerdo mucha emoción, y una imagen, la imagen las lagrimas de felicidad del novio. A mi hermano de grada lo había visto llorar antes, lagrimas de tristeza y de felicidad, pero estas lagrimas eran distintas. Nunca lo había visto tan feliz.
Una vez concluida la ceremonia religiosa y tras las fotos pertinentes, nos subimos al autobús que nos llevaría al lugar del banquete. Al llegar a aquel sitio, todos los invitados pero sobre todo los españoles, nos quedamos maravillados. Un sitio espectacular, y el tiempo acompañaba, se avecinaba una gran fiesta.
De la posterior fiesta, solo diré 3 cosas:
1. Me lo pase de puta madre, y siento decirlo así, pero es que es verdad, comimos superbien, los mexicanos nos trataron genial, y tuvimos una gran fiesta.
2. El viaje había merecido la pena. Todo había merecido la pena. Allí estábamos los 3 amigos que tantos partidos de nuestro Real Murcia habíamos juntos, disfrutando de una boda espectacular. FELICIDAD.
3. Nunca intentes seguir el ritmo de unos mexicanos bebiendo tequila. Nunca
Pero la boda no había acabado, no. El día siguiente tuvimos lo que llamaron "Matanza de post Boda", donde la familia y amigos más cercanos pudimos disfrutar de una gran comida mexicana, y donde mi compañero de viaje y yo aprovechamos para dar a nuestro amigo el último regalo de boda, la proyección de un vídeo en el que participó mucha gente que no puedo estar, pero de alguna manera quería estar. Aquí podéis disfrutar del vídeo.
Mañana último capitulo de esta aventura mexicana. Nuestra última etapa del viaje.
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