martes, 31 de marzo de 2015

México On Tour: Un año después (II)

ETAPA 2: Orizaba


Nuestro viaje continuaba, y nos dirijamos hacia Orizaba, ciudad donde vivía mi hermano de sangre, al que llevaba sin ver muchísimo tiempo, demasiado. Pero antes de tan esperado reencuentro, situémonos, ¿dónde está Orizaba? Orizaba es una ciudad mexicana situada en el estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, en el Oriente de México.


Una vez situados, volvamos al viaje. Tras 4h de autobús, llegamos a nuestro destino, allí nos esperaban los novios, y las familias de ambos. Momentos de reencuentros y emoción, había pasado mucho tiempo desde la última vez, y este viaje al fin y al cabo tenía un motivo, una boda que celebrar. Tras dejar las maletas en la casa de la familia de la novia, lo que sería nuestro hogar durante los próximos días, fuimos todos juntos a cenar a un restaurante elegido por el novio. Una cena agradable en la que los novios nos actualizaron como iban los últimos preparativos de la boda y nosotros les contamos como había ido el viaje en DF. En ese momento empezó lo que ya sería una constante durante el viaje, mi guerra particular con el hermano del novio y el picante de la comida mexicana. Como toda guerra tuvo sus victorias y sus derrotas pero eso no tiene espacio aquí. Esa noche descansamos mucho, muchísimo, al fin y al cabo no es lo mismo estar en un hostal que una casa, y de todos modos no había nada importante que hacer el día siguiente, así que aprovechamos para recuperar las horas de sueño acumuladas. 

Miércoles 2 de Abril, probablemente el día más tranquilo de todos los que estuve en tierras mexicanas, un paseo por la ciudad, una cerveza a medio día viendo el partido de Champions, y la tarde la dedicamos a ir a un centro comercial para compras de última hora cara a la boda. Esa noche fue especial, mi compañero de viaje y yo cenamos con el novio en una hamburguesería cercana a la casa. Era la primera vez en muchísimo tiempo que nos juntábamos los 3 amigos para cenar, y era una cena necesaria. Teníamos boda en apenas 3 días, no lo podíamos creer.

El día siguiente toco madrugar otra vez, era un día especial, nos íbamos a reunir con el resto de españoles, la familia del novio que habían estado unos días disfrutando de vacaciones en el caribe. Fuimos en un autobús a recogerlos al aeropuerto de Veracruz, y allí se repartieron unas camisetas conmemorativas del viaje. 

                              

Nos montamos de nuevo en el autobús, para realizar una excursión que nos había organizado la familia de la novia. Estuvimos en la increible ciudad de La Antigua, ciudad donde desembarcó Hernán Cortés y además de su casa se construyó la primera iglesia católica del país. Posteriormente visitamos el famoso puerto de Veracruz.





Y así llegó el Viernes, el día antes de la boda. Que rápido pasaba el tiempo en esta tranquila ciudad. Ese día el novio por fin tuvo día libre en el trabajo y pudimos disfrutar de tiempo con él, tanto nosotros como su familia. La mañana la dedicamos a visitar una fabrica de cerveza propiedad de unos amigos de la familia de la novia. Tras la visita nos ofrecieron una degustación de cervezas mexicanas que aceptamos con mucho gusto. Esa noche, mi compañero de viaje y yo hicimos entrega de nuestros regalos a los novios, habíamos decidido llevar un pedacito de Murcia a México, de Murcia y del Real Murcia por supuesto.



Y así concluye el segundo capítulo del aniversario del mejor viaje de mi vida, mañana tercera entrega, la más especial, la boda.


lunes, 30 de marzo de 2015

México On Tour: Un año después (I)

Tal día como hoy hace justo un año, comenzaba la aventura, comenzaba el viaje de mi vida, comenzaba mi viaje en México. Bueno en realidad tal efeméride tuvo lugar ayer, pero el 29 de Marzo de 2014, lo pasé entre trenes, aviones y esperas en aeropuertos para un viaje que duraría unas 20 horas. ¿Qué por que iba yo a México? Pues para asistir a la boda de un hermano, no hermano de sangre, pero casi, hermano de grada. Y ya que cruzábamos el charco, pues había que aprovechar para hacer turismo. En los siguientes días trataré de describir aquel maravilloso viaje por tierras mexicanas, y lo haré separando las distintas etapas que tuvo el mismo.


ETAPA 1: México DF.

Volvamos a aquel 30 de Marzo de 2014, no sé si sería por el famoso "jet lag" o por los nervios del viaje pero mi compañero de viaje y yo, estábamos despiertos desde muy temprano, y como el DF es muy grande y teníamos poco tiempo para verlo, decidimos empezar el día pronto para aprovecharlo mejor.

Tras degustar los primeros platos mexicanos para un fuerte desayuno, recorrimos unos kilómetros del famoso Paseo de la Reforma (una de las avenidas más importantes de México), hasta llegar al Museo Nacional de Antropología, nuestra primera parada. Aquí pudimos disfrutar de las distintas culturas que ha habido en México a lo largo de su historia. Después de una productiva visita, paseamos por el increible Bosque de Chapultepec, el pulmón de la ciudad, y en este bosque fue donde empezamos a darnos cuenta de lo grande que era el DF y de la cantidad de gente que había allí.


Decidimos entonces ir al centro de la ciudad para seguir haciendo turismo, y entonces fuimos protagonistas, de una de las coincidencias más acojonantes que he visto en mi vida. Allí estabamos en una de las ciudades más grandes del mundo, y al subir a uno de los autobuses turísticos que recorrían los puntos más emblemáticos coincidimos con nuestros amigos, los hermanos del novio, la otra parte de la expedición murcianica en el viaje. Íbamos a quedar a lo largo de la mañana, pero no hizo falta, el azar hizo que nos encontrásemos en ese autobús.Vimos desde el autobús algunos de los sitios más importantes de la ciudad hasta llegar a la impresionante Plaza de la Constitución (mundialmente conocida como el Zócalo), donde pudimos visitar las ruinas que habían sobrevivido a la conquista de los españoles. Aquí nuestros caminos volvieron a separarse puesto que ellos iban a ir a la zona donde nosotros habíamos estado durante la mañana.

Lo que era un día soleado, se convirtió de pronto en una día horrible, comenzó a llover de manera fuerte y tuvimos que buscar refugio, comimos algo rápido en puesto callejero (cosa que no recomiendo hacer, y nosotros no repetiríamos a lo largo del viaje) y como el tiempo no acompañaba cambiamos nuestros planes iniciales y decidimos ir a las afueras de la ciudad para visitar "La Monumental" , la famosa plaza de toros mexicana, donde pudimos disfrutar de una novillada infantil gratuita (no soy amante de la tauromaquia, pero no podíamos dejar pasar la oportunidad), y unos mexicanos nos ofrecieron su bota de vino por el mero hecho de ser españoles en los toros.



A tan solo unos metros de la Plaza de Toros, se encontraba el estadio del Cruz Azul, ver ambos escenarios tan cerca, inevitablemente nos llevó a recordar nuestra añorada Condomina. El tiempo seguía sin acompañar, así que decidimos volver al hostal a descansar, no había estado mal para el primer día. Tras descansar un poco en el hostal, salimos a cenar los típicos tacos mexicanos y vuelta al hostal para un merecido descanso.

Al igual que el día anterior, esa mañana también nos levantamos temprano, pero en esta ocasión, no se debió al Jet Lag, si no a las excursiones que teníamos previstas para aquella mañana. Nos encontramos con el resto de la expedición (los antes citados hermanos del novio) y pusimos rumbo a las típicas pero no por ello menos interesantes visitas de rigor en México. Así esa mañana pudimos disfrutar y recorrer (vaya si andamos), la Plaza de Las Tres Culturas, La Basílica de Guadalupe y las famosas pirámides de Teotihuacan.





La mañana fue agotadora, pero teníamos tan poco tiempo en el DF que no había momento para el descanso, repusimos fuerzas disfrutando de otra otra comida típica mexicana (en esta ocasión se trataba de varias tipos de carne cocinados en piedra vulcanizada) , y aprovechamos la tarde para pasear por el centro: Calle Madero, Plaza del Zócalo, Museo de Bellas Artes.... Ese paseo por el centro nos sirvió para descubrir que DF era un caos de ciudad, los edificios no guardaban ninguna simetría ni orden, había demasiada gente en la calle, y un tráfico horrible, era un caos si, pero era nuestro caos, un caos que se dejaba querer, un caos que se tiene que intentar disfrutar al menos una vez en la vida.


Volvimos al hostal en metro, un metro tan anticuado como masificado, realmente fue un rato de agobio, pero no podíamos permitirnos estar en una ciudad tan grande y decir que no habíamos viajado en metro. En esta ocasión decidimos descansar de comida mexicana (quedaban muchos días para disfrutar de ella) y tras una cena rápida, salimos en búsqueda de un bar para tomar unas cervezas, pues la cerveza de cada lugar forma parte del atractivo turístico del mismo.

Llegaba lo que sería la última mañana en México, pues a primera hora de la tarde nos iríamos a Orizaba, ciudad donde vivía (y sigue viviendo) mi hermano de grada, el culpable de que todos estuviésemos en México hace un año. Como ya habíamos visitado lo más "típico" decidimos aprovechar esa mañana para "caprichos". Dejamos las maletas hechas, para poder aprovechar al máximo la mañana y fuimos hacia el barrio de Coyoacán, donde visitamos una de las casas de Hernan Cortés, situada en la plaza de Coyoacan y de allí fuimos al Museo de Frida Khalo (si no conocéis la historia de esta mujer os recomiendo investigar un poco).



Ahora tocaba mi capricho, y es que no podía irme de México DF sin visitar, el gigante, sin vistar el Estadio Azteca. Mi historia con este estadio es curiosa, mis ganas de ver este estadio, no vienen por ningún partido, ni por los famosos goles de Maradona en el mundial 86, el culpable de que yo tuviera tantas ganas de ver este estadio, no es otro que el gran Andrés Calamaro, y su canción Estadio Azteca. Podría intentar describir como fue la visita al estadio, pero en lugar de eso os dejaré la descripción que hizo de la visita al mismo el guitarra de Loquillo, Igor Paskual , que escribe bastante mejor que yo (la parte del estadio está en Viernes 31) , yo lo único que os diré del estadio, es que como dice Calamaro, me aplastó ver al gigante:



Y así concluye la etapa del DF, mañana seguiremos descubriendo México, mañana más!







martes, 3 de marzo de 2015

El otro fútbol

Existe otro fútbol, un fútbol que nada tiene nada que ver con el balón, con jugadores, o entrenadores, otro fútbol. Ese otro fútbol es menos conocido, aunque no podría existir sin el fútbol que conocemos todos, el fútbol que todos conocemos es el de la pelota, el de los goles, el que nos permite a algunos afortunados descubrir ese otro fútbol.

Ese otro fútbol, el que no se juega en el campo, te lleva a recorrer cientos de kilómetros por tu equipo, y te permite conocer una ciudad o pueblo que nunca te habías planteado siquiera visitar. Ese otro fútbol, además, te da la ocasión de poder conocer a gente que comparte tu pasión por el fútbol, por el fútbol que todos conocemos y pasión por ese otro fútbol del que te hablo.  Y ese otro fútbol, es el que da sentido todo, que hace que para algunos el fútbol, no sea un simple deporte, y se convierta en una forma de vida.

En ese otro fútbol, no importa el dinero, y eso es lo mejor. Importan los sentimientos, y los sentimientos son los mismos, independientemente del presupuesto del equipo, independientemente de la importancia de la ciudad en la que juegue el equipo, todo eso da igual. Lo único importante es que ese otro fútbol. Cuanto más conoces ese otro fútbol, más te atrapa, más te fascina y más quieres conocer de él.

Y un capítulo intenso de ese otro fútbol, fue el que disfrutamos los murcinaistas que viajamos a Astorga. En esta pequeña localidad leonesa que nunca olvidaremos, fuimos testigos de como unos completos desconocidos, nos recibían de manera excepcional, disfrutamos del turismo gastro-cultural de la zona, y pudimos conversar con ellos sobre ese otro fútbol. Ese fútbol que a nosotros nos había llevado hasta allí y que a ellos les había llevado a recibirnos de esa manera.