"Deberíamos escribir sobre nuestros viajes para poder recordarlos en un futuro", dijo un buen amigo ayer durante nuestro viaje a Toledo, pues dicho y hecho, allá vamos!
Os sitúo, Lunes, primera hora de la tarde, tiene lugar el sorteo de PO de ascenso a Segunda División, qué no sabéis lo que es es eso? Pues leed esta maravilla para entenderlo algo mejor. Sorteo realizado, nos había tocado el Toledo, los grupos de WhatsApp echaban humo, un desplazamiento cercano. ¿400km cercano? Si, tras nuestro destierro en el grupo norteño del año pasado, cualquier desplazamiento es cercano. No costó mucho convencerme, mi hermano de grada, con el que llevaba sin viajar desde Lugo (él se fue a vivir lejos y no habíamos podido viajar), quería ir y con eso bastaba. Tampoco nos costó convencer a 2 más de nuestra peña y de esa manera "llenar" el coche, los detalles del viaje los fuimos puliendo durante la semana.
Domingo, 9:15, Sergio (nuestro conductor) me recoge en casa, y ponemos rumbo a casa de David (mi hermano de grada), donde nos esperaban él y Miguel (el último acompañante y murcianisticamente conocido como Galder, por su parecido físico con Galder Cerrajería). Allí estábamos, 4 amigos, una nevera llena de cerveza y una mochila llena de bufandas, banderas e ilusión listos para emprender el viaje.
Teníamos muchas ganas de este viaje por el tiempo que llevábamos sin viajar juntos, así que la primera parte del viaje pasó muy rápida. Pusimos al día nuestras vidas, Miguel nos contaba que al día siguiente tenía examen y que se había traído unos cascos con los temas grabados para intentar estudiar un poco. El examen tenía algo que ver la formación de Diccionarios de Lengua española, decidimos que Miguel debería hacer algún día el "Diccionario del Real Murcia"(espero que si lo hace nos nombre en los agradecimientos). Primera parada, una estación de servicio en medio de ninguna parte donde ya había otros murcianistas. Si algo me gusta de estas paradas es ver la reacción de la gente al ver las camisetas y bufandas de tu equipo, se preguntan donde iremos y los más futboleros hasta lo buscan para saber contra quien juega el Murcia.Tras unas cervezas y patatuelas, retomamos camino y en poco más de dos horas ya estábamos en Toledo.
Había estado una vez en Toledo cuando era pequeño, y el único recuerdo que tenía era "ciudad bonita con muchas cuestas", pues Toledo resultó ser tal y como la recordaba, una ciudad muy bonita y con muchas, muchísimas cuestas. En Toledo se unió a nuestra pequeña expedición un coche desde Madrid. En el viajaban Ballesta (murciano desplazado en Madrid por curro), Salva (murcianista afincado en Madrid, que conocí gracias al Real Murcia) y Adolfo (un amigo mio que nada tiene que ver con el Real Murcia pero que quería conocer el infrafútbol y era una buena oportunidad). Reunidos los 7 fuimos a conocer Toledo, fuimos a conocer sus bares. Nos situamos en uno que tenía buena pinta cerca de la Plaza Zocodover. Queríamos probar cosas típicas de Toledo, y así se lo hicimos saber al camarero. Desgraciadamente no tuvimos suerte con el camarero, nos tocó un camarero lo que se dice torpe, que nos hablaba cada 2 min para decirnos que no le quedaba el plato que habíamos pedido. Al final pedimos 3 "deloquetequedeloqueseamastipicodeaqui" y no estuvo nada mal. Después de las cervezas pudimos charlar con algunos lugareños sobre el partido, y a dar una vuelta para visitar lo que nos daba tiempo de Toledo.
Pusimos rumbo al partido, no sin antes pasar por los coches para coger el resto de comida y bebida. Tras algunas cuestas llegamos a un parking desde el que se veían de fondo las torretas del estadio, ibamos por el buen camino, pero para asegurarnos decidimos preguntar a unos chavales que llevaban camisetas del Toledo. "Tenéis que saltar esa valla, cruzar algo de verde, y enseguida encontraréis un camino de tierra que acaba en el estadio", y eso hicimos.
El resumen, otro viaje más. Otra vez "Amigos y amor al Murcia", y con eso basta.
Teníamos muchas ganas de este viaje por el tiempo que llevábamos sin viajar juntos, así que la primera parte del viaje pasó muy rápida. Pusimos al día nuestras vidas, Miguel nos contaba que al día siguiente tenía examen y que se había traído unos cascos con los temas grabados para intentar estudiar un poco. El examen tenía algo que ver la formación de Diccionarios de Lengua española, decidimos que Miguel debería hacer algún día el "Diccionario del Real Murcia"(espero que si lo hace nos nombre en los agradecimientos). Primera parada, una estación de servicio en medio de ninguna parte donde ya había otros murcianistas. Si algo me gusta de estas paradas es ver la reacción de la gente al ver las camisetas y bufandas de tu equipo, se preguntan donde iremos y los más futboleros hasta lo buscan para saber contra quien juega el Murcia.Tras unas cervezas y patatuelas, retomamos camino y en poco más de dos horas ya estábamos en Toledo.
Había estado una vez en Toledo cuando era pequeño, y el único recuerdo que tenía era "ciudad bonita con muchas cuestas", pues Toledo resultó ser tal y como la recordaba, una ciudad muy bonita y con muchas, muchísimas cuestas. En Toledo se unió a nuestra pequeña expedición un coche desde Madrid. En el viajaban Ballesta (murciano desplazado en Madrid por curro), Salva (murcianista afincado en Madrid, que conocí gracias al Real Murcia) y Adolfo (un amigo mio que nada tiene que ver con el Real Murcia pero que quería conocer el infrafútbol y era una buena oportunidad). Reunidos los 7 fuimos a conocer Toledo, fuimos a conocer sus bares. Nos situamos en uno que tenía buena pinta cerca de la Plaza Zocodover. Queríamos probar cosas típicas de Toledo, y así se lo hicimos saber al camarero. Desgraciadamente no tuvimos suerte con el camarero, nos tocó un camarero lo que se dice torpe, que nos hablaba cada 2 min para decirnos que no le quedaba el plato que habíamos pedido. Al final pedimos 3 "deloquetequedeloqueseamastipicodeaqui" y no estuvo nada mal. Después de las cervezas pudimos charlar con algunos lugareños sobre el partido, y a dar una vuelta para visitar lo que nos daba tiempo de Toledo.
Pusimos rumbo al partido, no sin antes pasar por los coches para coger el resto de comida y bebida. Tras algunas cuestas llegamos a un parking desde el que se veían de fondo las torretas del estadio, ibamos por el buen camino, pero para asegurarnos decidimos preguntar a unos chavales que llevaban camisetas del Toledo. "Tenéis que saltar esa valla, cruzar algo de verde, y enseguida encontraréis un camino de tierra que acaba en el estadio", y eso hicimos.
El Salto del Caballo siempre fue un estadio que me llamó la atención, era un estadio que siempre había querido visitar y no defraudó. Típico estadio de Segunda B, pequeño con solo una tribuna cubierta. David decía que le recordaba al Anxo Carro, y no le faltaba razón, a muchos nos trasladó a aquel mágico día en Lugo. En el estadio muchas caras conocidas, mucho murcianismo, todos con sus mochilas llenas de historias que contar sobre Toledo. Del partido poco que decir, no he venido aquí a hablar de fútbol, un empate a 0-0 rácano en el que jugamos mal y desaprovechamos una gran oportunidad pero que nos deja muy vivos para la vuelta.
Nos despedimos todos y tocaba volver a casa. Los primeros minutos del viaje de regreso se basaron en analizar el partido y nuestras posibilidades para la vuelta. Pronto caímos en una de esas conversaciones mágicas que solo suelen aparecer en los viajes en coche acompañando a tu equipo. ¿Quien será el próximo seleccionador? Debatimos durante largos minutos sobre esto. Quique Sanches Flores era mi apuesta, Juande Ramos la de David, a todos nos encartaría Emery pero no lo veíamos posible, a ninguno nos gustaba la opción Caparros. Cuando la conversación parecía llegar a su fin Miguel sugirió Valverde, nos encajaba en el perfil y reactivó la conversación. Javi Gracia o Setien fueron aquellos que nos gustarían pero no veíamos con opciones reales, algún osado imagino la primera aventura española de Roberto 'Bob' Martínez. Hubo algún "suena Michel" y varios random que serían graciosos como Lotina, Jemez o Fernando Vazquez. Parada para cenar en la que nos sacudió la triste noticia del fallecimiento de Javier Orive (periodista que vino de fuera para enseñarnos que los colores se deben lucir con orgullo SIEMPRE), y un último tramo hasta Murcia que fue amenizado por la radio con la final de copa.
El resumen, otro viaje más. Otra vez "Amigos y amor al Murcia", y con eso basta.
