lunes, 27 de julio de 2015

A lo loco se vive mejor!

Esto pretendía ser texto homenaje a Jose Luis Acciari, a su trayectoria en el Real Murcia y a como "El Loco" ha influido en las vidas de tantos y tantos murcianistas, pero no lo va a ser. Y no lo será porque hay gente, a la que lo de los homenajes se le da bastante mejor que a mí. Por ejemplo mi amigo @NumerosGrana que hizo un análisis estadistico de la trayectoria del argentino en un formidable artículo su web. O el gran @Black_murcia que volvió a deleitarnos con uno de esos videos que emocionan al murcianismo, en esta ocasión para recordar la figura de Acciari y lo que este nos enseñó, que nadie podrá con nosotros.

Lo que trataré de hacer con esta entrada, es explicar lo que significa Jose Luis Acciari para mí. El argentino siempre será recordado por muchos por aquel gol ante el Levante que nos devolvía a primera tantos años después. Pero eso gol no es más que uno de los muchos capítulos que ha escrito Acciari en el libro de murcianismo. No me centraré en sus goles ni en su juego, habrá jugadores por ahí que hagan más y mejores goles, y que jueguen mucho mejor. Me quiero centrar en su actitud, su actitud tanto dentro como fuera del campo. Y es que Acciari, argentino de nacimiento pero un murciano más en cuanto a sentimiento se refiere, se ha convertido en estos años en todo un icono del murcinismo, una prolongación del aficionado dentro del campo. Acciari se sentía y era un aficionado más, así lo demostraba en el campo, dando siempre todo lo que tenía, todo lo que tenía y un poco más. Tuvo dos etapas en el Real Murcia, y aunque muchos decían que en la segunda venía a retirarse, el 15 demostró que no, que le quedaba mucho fútbol, y que era el capitán que el equipo necesitaba, sobre todo en esta última temporada con aquel fatídico verano que no merece la pena recordar.

Hablemos ahora de la persona, del jugador fuera del campo, del ídolo. Recuerdo el verano de su vuelta, que pude hablar con el argentino en el descanso de un partido de pretemporada, le dije "Gracias por volver" y contestó "gracias a ustedes por dejarme volver y tanto cariño". Desde ese día he hablado varias veces más con él, y he podido comprobar que no solo es un tío cercano y humilde, si no que además disfruta hablando con los aficionados, si vas a cualquier entrenamiento podrás ver como al salir, saluda uno a uno a todos los aficionados que allí se encuentren. Cualquier cosa que le pidas te ayudará si está en su mano, y ver eso en un ídolo, en alguien a quien admiras tanto, es muy grande.




Acciari nos ha enseñado que "a lo loco se vive mejor", y que a la vida hay que echarle huevos venga lo que venga, y siempre con una sonrisa en la cara.

Acciari como forma de vida.

Gracias Loco, has inventado más sonrisas que Walt Disney.






miércoles, 22 de julio de 2015

De "Vaques" por Soria

El calor de Madrid, unido al agobio del trabajo y a la falta de vacaciones, pedían a gritos un finde como este, un finde sin las prisas del metro, un finde de respirar aire puro y de ver verde. Y por qué Soria? Pues realmente no lo se, fue algo de casualidad. Buscábamos una zona "cerca" de Madrid para no perder mucho tiempo en el viaje, y a su vez "lejos" de Murcia, una zona que seguramente nunca visitaríamos desde Murcia por la lejanía y tras sondear varios destinos finalmente decidimos visitar la provincia soriana.

Viernes

A media tarde, tras salir de nuestros respectivos trabajos y cerrar nuestras maletas, 3 zagalicos de la Huerta del Segura partíamos hacia tierras castellanoleonesas, hacia lo que sería un gran fin de semana. No pillamos nada de tráfico en la salida de Madrid y eso nos permitió improvisar una primera parada, y visitar el bonito pueblo de Medinaceli.

Cerca de las 10 de la noche llegabamos a Toledillo, un pueblecito a 7 km de Soria, de unos 30 habitantes que sería nuestro hogar durante el viaje. Toledillo tenía encanto, apenas 11 casas pero encanto. Esa noche llevamos un parte de Murcia al norte para cenar, salchicha seca de Bullas y litrico de estrella para acompañar.

                              Medinaceli                                            Toledillo   

Cena murciana


Sábado

Estábamos de fin de semana de relajación, por tanto no tocaba madrugar. Nos levantamos a media mañana y en el desayuno decidimos cuál sería el plan del día. Por la mañana visitaríamos el Embalse de la Cuerda del Pozo, y la localidad de Vinuesa, donde probamos los primeros "torreznos" del viaje (tras probar los torreznos, cayó una de las que sería las frases del viaje "Platero y tu" eran torreznos, "Fito y fitipaldis" son BocaBits). Tras el almuerzo fuimos a Playa Pita, una zona del embalse habilitada para el baño.

                      Embalse de la Cuerda del Pozo                              Vinuesa

Playa Pita

Por la tarde tocaba Soria, y aquí teníamos guía, un amigo nos enseñaría la ciudad. Alameda de Cervantes, Plaza Mayor, Monasterio de San Juan de Duero, paseo por la ribera del río, Ermita de San Saturio para acabar la visita en Los Pajaritos, muchos kilómetros que merecieron la pena para disfrutar de esta fantástica ciudad. Después de la visita cultural, tocaba la visita gastronómica que también estuvo a la altura.

                      Alameda de Cervantes                                        Plaza Mayor

                      Monasterio de San Juan de Duero                       Ermita de San Saturio

                               Rio Duero                                          Estadio Los Pajaritos
  

Domingo

Llegaba el último día del viaje, y queríamos aprovecharlo. Desayunamos, entregamos la casa y nos dimos una última vuelta por Toledillo para despedirnos. Emprendimos rumbo a Calatañazor, un pueblo que conserva parte de su Castillo y muralla de la época medieval. Aprovechamos la cercanía con el parque natural de Fuentona para pasear y disfrutar de la zona, y partimos hacia a Burgo de Osma, último pueblo que visitaríamos con un casco antiguo muy bien conservado y en el que tuvimos la suerte de ver un mercado medieval. Disfrutamos de la que fue sin duda la mejor comida del viaje, permitiéndonos el lujo de comer en un asador, donde compartimos varios embutidos y un chuletón de 1kg del que aún estoy haciendo la digestión. Reposamos la comida y fuimos hacia el Cañón del Rio Lobos, donde hicimos una mini ruta para poder admirar las impresionantes vistas desde el cañón.

                                 Calatañazor                                                   Fuentona

                             Burgo de Osma                                            Cañón Rio Lobos

Con esto poníamos fin al viaje, y sacamos una conclusión, el viaje "vaques" se repetiría en otro punto de España.